Hamilton asegura tener más hambre de títulos que su compañero por sus orígenes más humildes.
Todo parecía idílico en Mercedes: monoplaza ganador, copando las poles y victorias desde el principio de campeonato. Incluso las sombras de las ordenes de equipo y competencia entre pilotos han sido manejadas magistralmente por Toto Wolff. Pero fue llegar a Monaco, y Hamilton abrir la caja de Pandora.
Rosberg y Hamilton se conocen desde la infancia, cuando ambos competían en karting, y antes de compartir equipo, su relación llegaba incluso a dejar algún que otro rasgo de amistad. Sin embargo, en las ultimas citas del campeonato (especialmente en Barcelona), la relación entre ambos pilotos se ha visto mermada. Las opciones del titulo de ambos pilotos, unido a un monoplaza ganador, han hecho aumentar las crispaciones: "Déjame decirte esto: vengo de un lugar no muy bueno en Stevenage y dormía en un sofá en el apartamento de mi padre, mientras que Nico creció en Mónaco con jets, hoteles y yates y todo este tipo de cosas, por lo que el hambre de victoria es distinto", aseguraba Hamilton en la rueda de prensa en Monaco... sin rodeos.
Lewis lo deja claro: "No le sacaré de la pista pero sería bastante divertido alcanzar un clímax como el que Senna y Prost tuvieron entre sí en Suzuka. Creo que las cosas irán cogiendo más agresividad a medida que el año avance y espero que podamos mirar atrás dentro de unos años y decir que tuvimos algo así", lo dicho, papelón el que tiene Mercedes, aunque siendo sincero, todos los equipos se cambiarían por estar en su lugar visto el dominio de las flechas plateadas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario