Ahora si. La temporada de F1 comienza extraoficialmente. Lo de Australia podemos decir que fue un aperitivo, pero con el Gran Premio de este fin de semana en Malasia podemos decir que llegamos a un verdadero circuito de carreras.
Ya queda atrás la incógnita del primer Gran Premio, en la que no se sabía cuál era el coche más rápido, ya se terminan si o si las especulaciones para los equipos. Dejamos atrás un circuito semi urbano como el de Albert Park, de frenadas fuertes, curvas lentas y exigencia de tracción, para dar paso a un trazado mucho más técnico y exigente, tanto para el piloto como para los monoplazas. Las curvas rápidas del circuito de Sepang otorgarán mayor protagonismo a los coches con más carga aerodinámica (como el Red Bull o el Ferrari), pero también cuenta con dos grandes rectas donde la potencia y velocidad punta resultarán imprescindibles para lograr un buen tiempo el sábado, pero sobre todo para dar posibilidades de adelantamiento el domingo en carrera.
Tras dos semanas de intenso trabajo en las fábricas de los equipos, las once escuderías llegarán con mejoras a Malasia, la cuestión es saber quién progresará en mayor medida, aunque todo parece indicar que es demasiado pronto para saber si alguien va a poder discutirle la hegemonía a los Mercedes. Con temperaturas superiores a los 30 grados, una humedad cercana al 90% y previsión de lluvia los tres días, el Gran Premio se avecina cuanto menos exigente, tanto para los pilotos por el esfuerzo físico como para las máquinas por la refrigeración (y más para los motores V6 Turbo de este año...). El asunto se presenta cuanto menos interesante... esperemos que el espectáculo acompañe.
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